radiante vs. convección

Hace 2000 años los romanos ya emplearon las paredes de calor radiante donde más confort se requería, con aire o agua caliente que circulaba por una tubería.
Las chimeneas de cerámica refractaria siguieron sus paso y se emplearon durante siglos y en muchos países hasta la que el radiador metálico ganó por la fácilidad de montaje y uso. Si en sus orígenes fue de hierro fundido con una considerable inercia térmica, actualmente suele ser ligero y calentar por convección. Las bombas de calor para impulsar aire caliente (y frio) no tiene
Hoy la pared radiante con arcilla es tan antigua como moderna: no es muy diferente del sistema romano aunque sí mucho más delgada y eficiente, sencilla de instalar y mantener.


V#01 – convección: aire en circulación

viñetas Sergi Caballero

Un calentador convencional calienta en gran parte por convección: calienta el aire creando un movimiento de circulación entre el calentador y el techo caliente y el lado opuesto y el suelo frio. La temperatura difiere mucho entre el suelo y el techo, el así llamado efecto «cabeza caliente«.

V#01 – radiación: temperatura del aire equilibrada

Cuando el calor se transmite por radiación, se calientan primero los cuerpos sólidos – nosotros por ejemplo, las otras paredes, los muebles pesados. El aire se termina calentando indirectamente, de forma muy homogénea, con muy poca estratificación y sin provocar la circulación.

V#02 – movimiento de partículas

El aire en circulación de los convectores levanta y reparte constantemente las partículas en suspensión (polvo, posíbles alérgenos etc.) mientras los sistemas de radiación, apenas producen movimientos de aire.

V#03 – temperatura de la envolvente

El confort térmico depende de diferentes factores, entre ellos la temperatura del aire y la temperatura de la envolvente, de paredes, suelo y techo. Cuanto más parecidas las temperaturas superficiales más confortables las sentimos. Con un foco de calor intenso pero pequeño – el convector – no se consigue tal equilibrio de temperaturas. Sí lo crea un sistema radiante de reducida temperatura y elevada superficie

En función de la temperatura de las superficies relevantes la temperatura del aire puede variar. Podemos sentir frio con el aire a 24ºC si las paredes están frias y nos restan calor. En cambio, con la envolvente templada con 18 o 19ºC de temperatura del aire estamos confortables.

V#04 – humedad relativa del aire

La convección, al calentar el aire, también lo reseca porque baja la humedad relativa. El sistema radiante mantiene en buena medida la humedad natural.

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