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#01 – radiación suave lateral

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La pared radiante tiene un funcionamiento similar al suelo o techo radiante: se usa una superficie grande para calentar (o refrigerar) con una temperatura suave.
El ser humano pasa gran parte del día erguido, de pié o sentado, ofrece por tanto una mayor superficie a la radiación lateral. Experimentamos como algo natural este tipo de calor porque se parece a la radiación solar.

#02 – aire menos seco

El aire seco provoca irritaciones y acelera enfermedades. La mayoría de las personas valoran muy positivamente cuando el aire interior no esté muy seco.

Cuando el calor se transmite por radiación, calienta antetodo los cuerpos. El aire – que tiene poca densidad – se calienta y se reseca menos, su humedad relativa se mantiene en niveles naturales.

#03 – temperaturas igualadas

La paredes radiantes calientan también las otras paredes y contribuyen así a una máxima homogeneidad de las temperaturas de la envolvente. Unas paredes templadas favorecen el confort térmico.

#04 – temperatura del aire más baja

Con las paredes templadas podemos dejar el termostato – que mide la temperatura del aire – en un par de grados menos y tener el mismo grado de confort. Ahorramos energía y gastos.

#05 – más ventilación

El calor radiante sobretodo se almacena en las paredes y no se va al ventilar (siempre que la ventilación se haga corta y cruzada). Así renovamos el aire con más frecuencia sacando CO2, malos olores y COV’s de nuestro espacio vital.

#05 – el revoco de arcilla

Sus beneficios residen sobretodo en su gran capacidad de regular la humedad del aire interior. Además no contiene COVs u otras sustancias químicas, es completamente natural.